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Last updated on marzo 9th, 2024

La composición es lo que convierte una buena fotografía en una gran fotografía. Y las grandes composiciones requieren equilibrio: un pequeño árbol que ponga en perspectiva una montaña o un río serpenteante que dé a los ojos algo que seguir.

El espacio muerto y el espacio activo desempeñan un papel importante en la composición, a veces incluso sin que el fotógrafo se dé cuenta.

Aunque ambas frases se refieren al espacio que rodea al sujeto de la imagen, destacar un tipo sobre el otro puede tener un impacto muy diferente en el resultado final.

¿Qué es el espacio muerto en fotografía?

Una vez que quitas el sujeto, lo que queda a su alrededor es el propio espacio. Puede ser de dos tipos: muerto o activo.

El espacio muerto se refiere a una zona desde la que el sujeto se ha movido, por así decirlo; una zona en la que la acción ya ha terminado o el sujeto ya ha realizado su parte.

Por ejemplo, en una imagen de un pájaro volando de izquierda a derecha, el espacio muerto es la zona de la izquierda -detrás del pájaro-, ya que ese espacio no contiene ninguna acción.

En palabras sencillas, el espacio muerto es literalmente una parte de la foto en la que no ocurre nada.

¿Qué es el espacio activo en fotografía?

Como su nombre indica, el espacio activo es una parte de la foto en la que se va a producir o ya se está produciendo alguna actividad.

En nuestro ejemplo del pájaro, la región activa es la zona de la derecha porque muestra dónde llegará pronto el pájaro.

Dado que la acción se resolverá en el lado derecho, delante del pájaro, la zona se denomina «activa».

Centrarse en la zona activa crea una sensación de movimiento y velocidad, ya que el espectador empieza a imaginar lo que hará el sujeto y cómo se desarrollará la acción en la foto.

Cómo utilizar el espacio en la composición

Para fotografía de acción

El uso más obvio del espacio activo se da en la fotografía de acción, fauna y deportes.

Dado que este género fotográfico se centra en la acción del sujeto: dar patadas, correr, volar, etc., requiere un énfasis en el espacio activo. Al fin y al cabo, el espectador no sólo debe fijarse en el sujeto, sino también en su acción y en la zona en la que se desarrolla el movimiento.

Por ejemplo, si estás fotografiando a un corredor en una carrera, debes intentar mantener al corredor a un lado mientras dejas algo de espacio activo delante de él para mostrar la línea de meta o el público al fondo.

La imagen parecerá desequilibrada si el sujeto desaparece bruscamente del encuadre.

fotografía espacial activa en runner

Del mismo modo, si haces fotografía deportiva, destacar el espacio activo te ayudará a crear una sensación de anticipación y movimiento en la mente del espectador. Podrás mostrar la atmósfera y la energía de la escena además del propio sujeto.

El principio del espacio muerto y activo debe utilizarse junto con la regla de los tercios. Si divides la imagen en tres franjas, al encuadrar el sujeto a lo largo de la franja más a la izquierda o más a la derecha dispondrás de espacio activo en los dos tercios restantes.

En última instancia, la regla del espacio activo requiere que le des al sujeto algo de espacio para «moverse».

Para fotografía de retrato

Los retratos también requieren un sutil equilibrio entre el rostro y el espacio que lo rodea.

En la fotografía de retrato, el espacio activo será la zona hacia la que miran los ojos del sujeto. Si el sujeto mira a lo lejos, intenta captar esa «distancia» incluyendo más parte de la zona activa. De este modo, el sujeto tendrá espacio para «mirar hacia dentro» y crear equilibrio.

Para combinar el efecto del espacio activo y la regla de los tercios para una composición perfecta, intenta mantener la cara del sujeto hacia un lado, de modo que los ojos se sitúen en uno de los puntos de intersección de las líneas de la regla de los tercios.

Ahora, en función de la dirección de los ojos, puedes ajustar la composición y resaltar el espacio activo. Deja que el espectador siga los ojos del sujeto y «mire dentro» del espacio también.

retrato fotográfico espacio activo

Conclusión

El espacio activo y el espacio muerto en fotografía son conceptos que pueden no parecer complicados pero que tienen un enorme impacto en cómo el espectador percibe la imagen.

Se refieren simplemente al área que rodea al sujeto, siendo el «espacio activo» el espacio en el que está a punto de producirse cualquier acción o movimiento.

Al incluir el mayor espacio activo posible delante del sujeto, el espectador podrá seguirlo e imaginar el movimiento.

Crear este equilibrio entre el sujeto y su entorno será fácil si le das espacio para moverse dentro de la composición.

Aperlust
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