Disclosure: We earn a commission on qualifying purchases made through backlinks at no extra cost to you. We are also a participant in the Amazon Services LLC Associates Program. Please read our privacy policy for how we use your data and GDPR.

La Isla de Pascua era un lugar mítico que sólo vi en televisión cuando era joven. No conozco a nadie personalmente que haya visitado la isla, con la reciente excepción de algunos viajeros que conocí en Chile.

Sentí la humedad inmediata cuando salí del avión el 14 de diciembre de 2016. La temperatura rondaba los 25 ⁰C con nubes encapotadas y lloviznas de corta duración.

Aunque acababa de aterrizar, sentí una sensación de logro por haber llegado por fin.

Aeropuerto Internacional Mataveri o Aeropuerto Isla de Pascua

Acabo de llegar al aeropuerto de Isla de Pascua.

Después de registrarme, fui a la ciudad. La isla es cara, incluso más que las Galápagos. Para dar algo de perspectiva, compré una cerveza en un restaurante por 2.000 CLP y mis amigos comieron empanadas por 3.000 CLP cada uno (yo no comí en el restaurante). Tuve otros amigos viajeros que comieron el menú del día en otro restaurante por 10.000 CLP por persona.

Más tarde, caminé por la costa de Hanga Roa, orientada al oeste. Los moai (rostros monolíticos con aspecto humano) parecían antiguos, contrastaban bien con el fondo oceánico y contaban una historia que yo desconocía.

Había algunas estatuas falsas. Me pareció que el turismo y los beneficios eran más importantes que mantener la autenticidad de la isla, o quizá es para que Hanga Roa parezca más atractiva. Esta es mi perspectiva y los lugareños probablemente tengan una perspectiva mejor. Supongo que todo el mundo tiene derecho a obtener beneficios.

Las olas eran fuertes y rompían contra las rocas. Había algunas ensenadas donde era seguro entrar en el agua y vi a gente dándose un chapuzón. El agua no me atraía.

Mientras caminaba hacia el moai de Tahai, empezó a llover a cántaros. Lo di por terminado.

Vincent Croos

About the Author: Vincent Croos

Hola Parceros,

I’m the founder of Aperlust. I enjoy web development and SEO and am into snowboarding and linguistics. In my spare time, you can find me destroying my opponents in chess across the globe.

Get Travel Tips, Improve Your Photography, and Receive the Best Last-Minute Vacations Deals

Join our mailing list to receive the latest news and updates from our team.

You have Successfully Subscribed!

Pin It on Pinterest

Share This